martes, 22 de abril de 2014

Tartamudeo infantil o disfemia del desarrollo


En más de una ocasión alguna mamá o papá se ha acercado a mí y me ha dicho; “mi niño se atasca un poco, ¿es normal?" Así que hoy vamos a ponerle nombre a eso de “atascarse” y vamos a dar 10 pautas básicas sobre qué hacer cuando ésto ocurre.

La tartamudez o disfemia es un trastorno del ritmo del habla que se caracteriza por falta de fluidez verbal (disfluencias) mostrando repeticiones, prolongaciones verbales, dificultad para iniciar la frase… Lo que los papás llaman “atascarse”. Se considera disfemia o tartamudez evolutiva aquella que tiene carácter transitorio, aparece de manera temprana y es de escasa duración. Si observamos que la tartamudez persiste en el tiempo, su aparición es posterior a los seis años o en el niño se observa tensión o que se excede en gestos para compensar estos bloqueos es importante consultar a un especialista en audición y lenguaje o logopeda.

Entre los dos y tres años los niños desarrollan habilidades del lenguaje muy complejas, comienzan a usar frases y aparece el lenguaje conectado. Coincidiendo con esta etapa es común presentar estos pequeños bloqueos o disfluencias. De igual manera existen otros momentos críticos en el desarrollo del lenguaje que pueden causar estos síntomas. Ésto se considera normal siempre que no vaya acompañado de esfuerzo o incomodidad al hablar. Lo corriente es que a partir de los cuatro o cinco años estos episodios sean puntuales y a partir de los seis no haya, de ser así ya no estaríamos ante una dificultad evolutiva sino ante un posible trastorno de la fluidez verbal.

Muchas veces los padres me preguntan qué hacer ante esto, ante los momentos de “atasco”, donde no saben cómo ayudar. A continuación os dejo 10 claves básicas para mejorar estos bloqueos, ya sean evolutivos o no:

  1. Ignorar el tartamudeo del niño. Seguir con la conversación como si no hubiese esa interrupción en la fluidez del habla.
  2. Evitar las correcciones exigiendo la repetición de palabras o silabas. Podemos frustrarle.
  3. No manifestar signos de ansiedad o impaciencia cuando ocurra el bloqueo.
  4. No acabarle las frases
  5. Potenciar situaciones para conversar y hablar. Si el niño es consciente de sus fallos puede intentar evitar el dialogo.
  6. Hablar tranquilo, despacio, para que él imite ese ritmo, pero sin pedírselo de manera explícita, mejor con el ejemplo.
  7. Esperar. Darle tiempo para hablar, no tenemos prisa. Mostrar una sonrisa mientras esperamos su respuesta.  Que reciba señales positivas, mostrando interés hacia su respuesta, de manera agradable.
  8. Hablar abiertamente sobre el tema si el niño o niña pregunta.
  9. No hablar del tema con otras personas como si él o ella no estuvieran delante.
  10. No decirle que tartamudea. Ni mucho menos ridiculizarle. La mayoría de los niños menores de seis años no se dan cuenta de que tartamudean…hasta que alguien se lo dice.

Como decía Wendell Jonson “El tartamudeo comienza, no en la boca del niño, sino en el oído del padre”.



Espero que os sea de ayuda. 

Seyla

viernes, 11 de abril de 2014

¿Qué es eso del PT y el AL?


Para muchas familias es el momento de buscar colegio, lo que supone una gran decisión. Nuestros hijos pasarán unos nueve años de su vida, o más, allí. La decisión es muy importante y personal, hay familias que buscan colegio bilingüe (erróneamente llamado así) otras que no, que lleven o no uniforme, grandes instalaciones, etc. Cada uno busca lo que más se adapte a su forma de entender la educación. Algo que yo siempre pregunto durante éste peregrinaje de coles que últimamente hago es si tienen PT y AL, pues para mi es importante que mi pequeña viva en un entorno donde hay niños y niñas con unas necesidades educativas diferentes y porque no sé si mi hija, algún día, necesitará ese apoyo. 

¿Y qué es eso de PT y AL? 

PT se llama a la maestra (tomo la licencia de hablar en femenino pues somos mayoría) de educación especial que antiguamente era Pedagoga Terapéutica, PT, y se sigue usando esa abreviatura. Y AL es la maestra de Audición y Lenguaje, mi caso. 

¿Y cuáles son las funciones del PT y AL? 

Pues en general son profesores de apoyo en escuela ordinaria, y tutores o logopedas si es educación especial. Las funciones del PT y el Al quedan recogidas en la LOE (Ley Orgánica de Educación) y son, entre otras, llevar a cabo la atención especializada en los alumnos que presentan necesidades educativas especiales. El PT se encarga de las áreas relacionadas con el conocimiento (cognitiva) y el Al del área de comunicación y lenguaje o logopedica. 

Y esto se traduce de la siguiente manera. Si tú colegio o futuro colegio tiene estos apoyos garantizas que, ante la necesidad, tu hijo o hija será atendido por profesionales especialistas. Y además, para mí, casi tan importante o más, la presencia de éstos especialistas en el colegio es sinónimo de alumnos con otras necesidades y por lo tanto rico en diversidad. Por mi experiencia los centros que atiende a alumnos diversos, en todos los sentidos (país de procedencia, diferente cultura, necesidades asociadas a discapacidad…) son centros que tienen algo que no se enseña, algo que se aprende desde el “tú a tú” y en la convivencia, que enriquece tanto a unos como a otros. Estos colegios educan niños en el sentido de los valores, la tolerancia, la cooperación, el respeto, la justicia… Quizás no tan importante como ser bilingüe…o quizás lo sea aún más.



Hasta dentro de unos días!

Seyla

Autor pictogramas: Sergio Palao Procedencia: ARASAAC http://catedu.es/arasaac/ Licencia: CC (BY-NC-SA)



martes, 1 de abril de 2014

Mi pequeña reflexión. 2 de abril, Día Mundial del Autismo


Tan sólo llevo unos años trabajando como maestra pero en mi vida ya se han cruzado varias estrellas, de esas que cambian tu rumbo, tu naturaleza, de esas que te transforman por dentro, de las que cuando ves ya no vuelves a ser la misma.

La primera de estas estrellas fue aquel niño, no recuerdo su nombre, desconocido, que sin él saberlo me invitó a descubrir el mundo del autismo. Yo tan sólo era monitora en un comedor y aquello cambio mi vida. Aquella estrella me guió a descubrir mi vocación. Y ahora soy maestra, gracias anónima estrella.

Por el camino encontré otra estrella, esta con nombre, Abril. Fue mi primer amor y juntas conseguimos mucho, ella me enseñó tanto… “Los niños con autismo no quieren abrazos” había oído muchas veces. Los niños con autismo son como todos, primero niños, y después tienen sus preferencias. Y a Abril no sólo la abracé sino que la comí a besos una y mil veces.

Y desde entonces hasta ahora muchas han sido las estrellas que encontré, unas brillaron muy fuerte, otras fueron fugaces, pero todas, todas importantes en mi cielo. Por suerte sigo encontrando estrellas en mi día a día, personas que me sorprenden por su capacidad de lucha, por sus ganas de aprender, por su amor…y cada vez que una de ellas me mira, cada vez que conectamos, recuerdo por qué soy maestra, por qué puse mi vida patas arriba y decidí ser lo que soy.  Qué gran suerte la mía, trabajar en un firmamento plagado de estrellas…



Ser madre me ha hecho más grande, más sensible, me ha cambiado en muchas cosas pero sobre todo me ha abierto los ojos a la comprensión. Desde que Lluvia nació no sólo pienso en mis grandes estrellas, sino en esas madres valientes, que luchan, que a pesar de la dificultad siempre visten una sonrisa. Esas mamás que ante la discreción del autismo aguantan miradas del resto, de incomprensión, censuradoras, de pena, de nada…sólo miradas, pero ahí están.


Desde el pequeño público al que desde aquí puedo llegar, mi reflexión no se queda sólo en eso, se extiende a una petición. Por un lado, investiguen, lean, no sólo oigan sino escuchen, porque las voces del autismo están gritando muy alto. Hay más niños con diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista que de Síndrome Down. Y por otro, abran su mente, sean pacientes y den una oportunidad a todo el mundo, no juzguen sin conocer porque quizás ese niño que el otro día gritaba y pataleaba en la sala de espera del médico no tenía un simple berrinche, quizás no entendía lo que pasaba, quizás la solución no era “un azote a tiempo”. Cada madre sabe como ejercer, cada familia es un mundo y cada niño es una estrella.  



Seyla
 

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