No sé qué ocurre que cuando hablamos con un niño pequeño
todo se hace diminuto y se convierte en…ito y en ita. El perrito, el pajarito,
la cunita, el abuelito, un besito…La frase nos queda de un tierno… pero no
favorecemos en absoluto la discriminación auditiva de nuestro pequeño.
La entrada del sonido (imput auditivo) que está recibiendo
es muy parecida en muchas palabras. Está almacenando y etiquetando imágenes con
palabras, que no son realmente las adecuadas, pues no todas las cosas acaban en
ito-ita. Palabras que posteriormente usará.
Hay estudios que demuestran que ya desde el balbuceo los
bebés comienzan a imitar la sonoridad del la lengua materna. No balbucea igual
un bebé español que uno inglés, por ejemplo.
Cuando un niño o niña comienza a imitar el lenguaje adulto
lo que imita es su sonoridad siendo el final de la palabra que lo que recuerda y
más imita. Así que si todo lo que oye acaba igual, todo lo que intente decir
sonara igual.
Seguramente utilice la misma sonorización para muchas cosas,
porque es así como lo ha etiquetado en su cabeza, y usará un “blabla-ito” o
“blabla-ita” para muchas cosas que los adultos difícilmente podremos descifrar
de no ser que sea muy evidente. Ni que decir tiene que le entienda alguien que
no sea del entorno.
Así que mi pequeña recomendación es ser práctico, útil y
funcional. No hagamos trabajar a esas cabecitas en vano y demos modelos
adecuados. Es muy tierno ver en el parque pajaritos y perritos pero es mucho
más útil ver pájaros y perros.
Hasta dentro de unos día y cuidadITO...
Seyla
Hasta dentro de unos día y cuidadITO...
Seyla
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