jueves, 26 de septiembre de 2013

Cuéntame un cuento


Uno de mis momentos preferidos con Lluvia es el momento del cuento. La lectura de cuentos en voz alta tiene multitud de beneficios, sobre todo en relación a la adquisición y desarrollo del lenguaje. Cuando leemos un cuento de manera conjunta, ya desde bebé, incluso con esos cuentos blanditos, estamos trabajando la atención conjunta, muy importante para llevar a cabo posteriormente actos de interacción. También potenciamos la escucha activa y por supuesto la discriminación auditiva que nos ayuda en la integración de sonidos lo cual favorece la reducción de aparición de dislalias fonológicas o dicho de otro modo, reduce algunos tipos de problemas de pronunciación. Y en el caso de haberlos ayuda a mejorarlos. También favorece la integración de las construcciones sintácticas. Ni que decir tiene que los cuentos están llenos de vocabulario nuevo y conocido: las cosas de casa, el parque, el bosque, los colores, las emociones… Tiene tantos  beneficios a nivel comprensivo como expresivo  mejorando la capacidad creativa, la imaginación y la fantasía.

Pero ojo, no es lo mismo leer un cuento que contarlo. Vamos a ver algunos consejos para contar bien un cuento.

Siempre se ha pensado que los cuentos son para antes de dormir pero cualquier momento que nuestro pequeño elija es bueno para contar un cuento. Eso sí, debemos tener en cuenta el tema del cuento pues si la lectura es antes de dormir es mejor elegir temas que no supongan conflicto mental, sencillos de entender y alegres, que no dejen un “regusto” triste en nuestro peque. Cuentos bonitos con un final abierto para dejar volar la imaginación durante el sueño.

Lo ideal es estar en un lugar tranquilo o por lo menos cómodo, ya sea el suelo, la cama o una mesa es importante que el cuento quede a la vista de nuestro pequeño. Parece obvio pero a veces se nos pasan por alto estos pequeños detalles.

A mí me gusta mucho comenzar y acabar los cuentos siempre con el mismo ritual. Creo que genera seguridad y anticipa al niño de la actividad. Lo más típico es el “erase una vez…” y el “colorín, colorado…”. Nosotras, por ejemplo, adoptando esta buena costumbre de Paz, la educadora de Lluvia, llamamos al cuento “toc,toc, toc” y le pedimos permiso: “podemos ver este cuento?”.

Hay que tener en cuenta la entonación, no debe ser una lectura monótona, hay que captar la atención de nuestro "publico", hacer pausas en los momentos adecuados, poner las diferentes voces de los protagonistas, acompañar con gestos…

No importa repetir cuento. ¡Eso les encanta! Lo conocido, lo que se repite...les da seguridad. Y favorece que podamos hacer esa narración compartida, parando para que ellos repitan la retahíla del cuento. O haciendo preguntas- "¿Y ahora quién viene?...".

No debemos olvidar tener en cuenta los intereses de los niños, que varían mucho dependiendo de las edades y nivel de comprensión. Contando con la ayuda de mi gran amiga María Alonso Ceza, experta en libros infantiles y librera, os dejo algunos títulos interesantes.


Comenzamos con los más pequeños (menos de 1 año). Recomendamos A la bañera o A la cama. De Francesca Ferri, Ed. Imaginarium- Círculo de Lectores. Son en formato tela y en formato impermeable para el baño. Para bebés de pocos meses a mí me gustan este tipo de cuento porque se puede morder, manosear, chupar… y porque tiene formato cuento que es una manera de introducir “el libro” en nuestras pequeñas vidas.




De 1 a 2 años la Colección Cuentos Clásicos con texturas, de la Ed. Timun mas.  Esta colección no tiene desperdicio, son los cuentos tradicionales pero adaptados para poder trabajar la estimulación a través de varias texturas. Geniales para tocar y manipular. Por ejemplo El Gato con Botas.


A partir de los 3 años ¡Que llega el lobo!, Emile Jadoul. Col. Luciérnaga, ED. Edelvives. Este cuento rompe el rol negativo del lobo. Los animales van corriendo a la casa y gritando "!Que llega el lobo¡", pero al final descubren que las prisas no se deben a miedo sino a una sorpresa que está por llegar. Es en formato de cartón duro, muy resistente, ideal para esta edad.



Splat el gato de Rob Scotton, Ed. Miau, esta genial para trabajar la aventura de comenzar el colegio. El gato Splat no ha ido nunca al colegio y tiene que enfrentarse a ello acompañado de su mascota que es un ratón.


Y por último, para niños y niñas a partir de los 5 o 6 años Superhéroes en apuros. 10 Cuentos para dibujar sonrisas. De Carmen Gil, ilustrado por Ana Cantone, Ed. Parramon. En tono cómido narra cómo unos niños que son superhéroes intentan superar sus miedos.




No puedo acabar el post sin dar mil gracias a Mery, que me asesora e investiga sobre mil cuentos y que además ha realizado esta pequeña selección para nosotros. 


Hasta dentro de unos días y...¡Feliz cuento!

Seyla

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