jueves, 26 de septiembre de 2013

Cuéntame un cuento


Uno de mis momentos preferidos con Lluvia es el momento del cuento. La lectura de cuentos en voz alta tiene multitud de beneficios, sobre todo en relación a la adquisición y desarrollo del lenguaje. Cuando leemos un cuento de manera conjunta, ya desde bebé, incluso con esos cuentos blanditos, estamos trabajando la atención conjunta, muy importante para llevar a cabo posteriormente actos de interacción. También potenciamos la escucha activa y por supuesto la discriminación auditiva que nos ayuda en la integración de sonidos lo cual favorece la reducción de aparición de dislalias fonológicas o dicho de otro modo, reduce algunos tipos de problemas de pronunciación. Y en el caso de haberlos ayuda a mejorarlos. También favorece la integración de las construcciones sintácticas. Ni que decir tiene que los cuentos están llenos de vocabulario nuevo y conocido: las cosas de casa, el parque, el bosque, los colores, las emociones… Tiene tantos  beneficios a nivel comprensivo como expresivo  mejorando la capacidad creativa, la imaginación y la fantasía.

Pero ojo, no es lo mismo leer un cuento que contarlo. Vamos a ver algunos consejos para contar bien un cuento.

Siempre se ha pensado que los cuentos son para antes de dormir pero cualquier momento que nuestro pequeño elija es bueno para contar un cuento. Eso sí, debemos tener en cuenta el tema del cuento pues si la lectura es antes de dormir es mejor elegir temas que no supongan conflicto mental, sencillos de entender y alegres, que no dejen un “regusto” triste en nuestro peque. Cuentos bonitos con un final abierto para dejar volar la imaginación durante el sueño.

Lo ideal es estar en un lugar tranquilo o por lo menos cómodo, ya sea el suelo, la cama o una mesa es importante que el cuento quede a la vista de nuestro pequeño. Parece obvio pero a veces se nos pasan por alto estos pequeños detalles.

A mí me gusta mucho comenzar y acabar los cuentos siempre con el mismo ritual. Creo que genera seguridad y anticipa al niño de la actividad. Lo más típico es el “erase una vez…” y el “colorín, colorado…”. Nosotras, por ejemplo, adoptando esta buena costumbre de Paz, la educadora de Lluvia, llamamos al cuento “toc,toc, toc” y le pedimos permiso: “podemos ver este cuento?”.

Hay que tener en cuenta la entonación, no debe ser una lectura monótona, hay que captar la atención de nuestro "publico", hacer pausas en los momentos adecuados, poner las diferentes voces de los protagonistas, acompañar con gestos…

No importa repetir cuento. ¡Eso les encanta! Lo conocido, lo que se repite...les da seguridad. Y favorece que podamos hacer esa narración compartida, parando para que ellos repitan la retahíla del cuento. O haciendo preguntas- "¿Y ahora quién viene?...".

No debemos olvidar tener en cuenta los intereses de los niños, que varían mucho dependiendo de las edades y nivel de comprensión. Contando con la ayuda de mi gran amiga María Alonso Ceza, experta en libros infantiles y librera, os dejo algunos títulos interesantes.


Comenzamos con los más pequeños (menos de 1 año). Recomendamos A la bañera o A la cama. De Francesca Ferri, Ed. Imaginarium- Círculo de Lectores. Son en formato tela y en formato impermeable para el baño. Para bebés de pocos meses a mí me gustan este tipo de cuento porque se puede morder, manosear, chupar… y porque tiene formato cuento que es una manera de introducir “el libro” en nuestras pequeñas vidas.




De 1 a 2 años la Colección Cuentos Clásicos con texturas, de la Ed. Timun mas.  Esta colección no tiene desperdicio, son los cuentos tradicionales pero adaptados para poder trabajar la estimulación a través de varias texturas. Geniales para tocar y manipular. Por ejemplo El Gato con Botas.


A partir de los 3 años ¡Que llega el lobo!, Emile Jadoul. Col. Luciérnaga, ED. Edelvives. Este cuento rompe el rol negativo del lobo. Los animales van corriendo a la casa y gritando "!Que llega el lobo¡", pero al final descubren que las prisas no se deben a miedo sino a una sorpresa que está por llegar. Es en formato de cartón duro, muy resistente, ideal para esta edad.



Splat el gato de Rob Scotton, Ed. Miau, esta genial para trabajar la aventura de comenzar el colegio. El gato Splat no ha ido nunca al colegio y tiene que enfrentarse a ello acompañado de su mascota que es un ratón.


Y por último, para niños y niñas a partir de los 5 o 6 años Superhéroes en apuros. 10 Cuentos para dibujar sonrisas. De Carmen Gil, ilustrado por Ana Cantone, Ed. Parramon. En tono cómido narra cómo unos niños que son superhéroes intentan superar sus miedos.




No puedo acabar el post sin dar mil gracias a Mery, que me asesora e investiga sobre mil cuentos y que además ha realizado esta pequeña selección para nosotros. 


Hasta dentro de unos días y...¡Feliz cuento!

Seyla

domingo, 22 de septiembre de 2013

¡Así no se dice!



Cuando yo era pequeña no sabía decir estatua, decía "estauta". Lo que yo recuerdo es que al principio hacia mucha gracia, mi familia se reía y lo repetían “estauta”, mira una “estauta” así que me imagino que por ese motivo yo seguí diciendo "estauta". Esto que tanta gracia hacia cuando era pequeña al crecer se convirtió en un acoso y cada vez que lo decía todo el mundo se empeñaba en corregirme y pero yo no era capaz de decirlo bien y cada vez que lo decía mil voces me acechaban: ¡así no se dice!”…dejé de decirlo. Incluso a día de hoy es una palabra que me cuesta decir, fue un error bien fijado.

La tendencia natural cuando oímos una palabra mal dicha es corregirla, nos pasa con los adultos aun más con los niños. Con los peques nos pasa sobre todo dos cosas, que o nos hace mucha gracia o la corregimos de manera explícita.

Cuando reímos una palabra que está mal dicha, la repetimos e incluso la adoptamos, generamos una atención en torno a esa mala destreza que lo más normal es que se repita. La consecuencia a este acto es positiva, así que repito. Pero si además adoptamos la nueva palabra y la incluimos en nuestro vocabulario… ¿quién enseñará a nuestros peques como está bien dicho? Es muy común adultos que dicen “candejo”, “popotamo”…y otras del estilo. ¿Quién enseña a quién? Somos el espejo en que se miran nuestros peques.

Pero si corrijo… en la mayoría de los casos le puedo frustrar. Sobre todo cuando reiteramos en la corrección. En muchas ocasiones el error de pronunciación viene dado por la falta de integración del fonema, o sea, del sonido de la letra. Es cuando le damos el modelo y lo sigue repitiendo mal. Bueno, es que realmente no hay conciencia de hacerlo mal, así es como lo tengo integrado en mi cabecita. Por mucho que le corrijamos…de poco vale, solo para intimidarle. Otras veces es por una mala colocación de los órganos del habla. Así que como papás y mamás si esto perdura en el tiempo dejemos que sea el logopeda quien lo trabaje. Así que lo de "no se dice así, se dice..." hay que eliminarlo de nuestro repertorio.

¿Entonces qué hago?
Pues lo que hacemos es no mostrar atención ni positiva ni negativa en la mala pronunciación. Mucho menos repetir el error. Lo que hacemos es, de manera sutil, dar el modelo correcto. NO decimos: “se dice…”. Sino que incluimos esa palabra en alguna frase y la decimos de modo correcto. Por ejemplo nuestro peque dice: “mía mamá, un pero”. Podemos decir: “si, un perro. Que perro más bonito. El perro ladra.”

Yo siempre digo: por cada palabra mal pronunciada damos tres modelos correctos.



PLANO DEL LENGUAJE: Fonético-fonológico.

ESTAMOS POTENCIANDO:

  • La integración adecuada de los sonidos de nuestro lenguaje.
  • La adecuada emisión de los sonidos.


Espero que os sea de ayuda. ¡Un saludo!

Seyla

viernes, 20 de septiembre de 2013

Aprendemos vocabulario


Denominar es poner el nombre que identifica cada cosa. Nombrar sin la intención de pedir. A través de esta actividad es como aprendemos la mayoría del vocabulario, etiquetamos palabras con imágenes y aprendemos las diferentes clases de palabras: sustantivos, adjetivos, determinantes, pronombres, verbos… Además vamos construyendo las reglas gramaticales, las peculiaridades de nuestra lengua y las irregularidades.

De aquí la importancia de nombrar cada cosa por su nombre, sin diminutivos, ni creaciones… Somos el espejo en el que se miran nuestros pequeños, por ello es importantísimo dar  modelos correctos a la hora de hablar. En la forma y en el contenido.

Tener un amplio repertorio de vocabulario nos facilita el acceso a otras funciones comunicativas más elaboradas como son la descripción y la narración que aparecen posteriormente.


¿Cómo podemos potenciar la habilidad de denominar en el día a día?

Podemos adaptar estas actividades a cada momento evolutivo, comenzando por nombrar las cosas cuando vamos de paseo hasta nombrar objetos y su cualidad en edades mayores. Empezando por objetos y personas, que es lo más sencillo, pasamos a las acciones o cualidades de las cosas, más complicado. Os planteo una serie de actividades para que llevéis a cabo en cada momento. Como siempre, cosas que se pueden hacer en nuestro día a día y desde una perspectiva lúdica.

Debemos tener en cuenta el interés de los niños y ser intuitivos. Hay momentos en que decir el nombre de todo es genial y otros en los que abruma… así que dejémonos llevar por el sentido común y aprovechemos esos ratos en que ellos preguntan, señalan, demandan interacción o simplemente miran con atención. El aprendizaje es significativo cuando entra en juego la emoción. Cuando algo despierta interés, hace brotar una sonrisa o un malestar.

Posibilitemos experiencias de aprendizaje, contextos y momentos variados, porque el lenguaje siempre está influido por el contexto, así no hablamos igual en la calle que en la biblioteca, sino que nos adaptamos. Tampoco encontramos las mismas cosas en un parque que en un centro comercial.

El paseo, ya sea en el carro o en porteo,  nos da muchas posibilidades de ponerle nombre a las cosas que vemos. Evidentemente, la zona del paseo influye en el tipo de vocabulario que podemos aportar a nuestro pequeño. Si el paseo es en carro, un factor a tener en cuenta en el paseo es la posición de la silla. Nos da más seguridad llevarla hacia nosotros pero es más enriquecedor en cuanto al descubrimiento llevarla mirando hacia delante, yo creo. Si el paseo es en brazos, fular o demás “trapos” (como los llamo yo, que me encantan) facilitamos otro punto de vista sobre el entorno, a la altura del adulto, así el bebé verá lo que nosotros.

Cualquier trayecto en coche nos ofrece la oportunidad de observar por la ventana. Los parasoles están muy bien en pleno verano pero si no hay sol…mejor ver mundo! Además podemos ir nombrando las cosas que vemos, que suelen ser “grandes” por ejemplo, un camión, un coche, un parque… También cuando va anocheciendo podemos aprovechar las llamativas luces para nombrar el semáforo o las tiendas.

El momento de recoger nos ofrece muchas posibilidades de aprendizaje, no sólo adquirir hábitos de orden y pequeñas responsabilidades, que no es poco. Lo podemos aprovechar para nombrar los juguetes, no hace falta de sea de manera insistente sino algo sutil. “vamos a recoger los animales: guardamos la vaca, el caballo, la cabra…”

Hay libros destinados a la adquisición de vocabulario, imaginarios o diccionarios de imágenes, se suelen llamar. Desde los más básicos con objetos cotidianos a los que van por ámbitos y no solo muestran objetos sino también acciones. Están genial, si tenemos alguno de estos perfecto y si no… ¡nos lo inventamos! Algo muy parecido son los catálogos de publicidad, que además tiene objetos de todo tipo y cotidianos. Los que traen niños con la ropa de temporada nos pueden valer para aprender partes del cuerpo, la ropa de la estación, el tipo de ropa. También los electrodomésticos y otros accesorios… Otra posibilidad es crear nuestro propio libro de imágenes, recortando de aquí y allí y pegándolas al álbum de fotos. Podemos ir nombrando y señalando, que el peque señale y nosotros nombremos, preguntar..."¿dónde está...?", variedad de posibilidades...

Nombrar una acción cuando vemos que se realiza también es buena idea. Siguiendo el desarrollo del pequeño podemos nombrar acciones según va adquiriendo vocabulario. Incluso nos preguntan: “¿Qué hace?”. Las acciones de comprensión más básica, las que vemos, son más sencillas de enseñar: bañar, jugar, comer... Acciones también son pensar, soñar, imaginar…que no debemos olvidar para trabajar en niños a partir de los dos años y medio o tres.

Este tipo de acciones, al igual que los genéricos tipo “trabajar”, que cada uno trabaja en algo diferente pero todo ses trabajo, son más complicados de comprender, no obstante debemos ofrecer oportunidades para conseguir la comprensión del término. Por ejemplo si vamos al banco podemos decir: “está trabajando” pero también si vemos al jardinero.

Y por último, las emociones también necesitan su etiqueta verbal y aunque es más difícil que denominar objetos también podemos poner nombre cuando sentimos una emoción. El enfado es  lo primero que se aprende, porque cuando nos enfadamos lo decimos: “¡estoy muy enfadada!” pero… ¿y la alegría? Cuando nos sentimos contentos o nuestros pequeños muestran alegría también podemos darle una palabra a la emoción. Es importante tener un amplio vocabulario emocional para gestionar cada emoción de manera adecuada en el presente pero sobre todo en el futuro. No solo existe la alegría y la tristeza…

Seguro que se os ocurren más juegos, por ejemplo el veo-veo, o más entornos en los que aprender vocabulario( el mercado es genial), he intentado dar algunas ideas, ahora le toca a vuestra imaginación.


PLANOS DEL LENGUAJE: Aspectos pragmáticos y léxico- semánticos.

ESTAMOS POTENCIANDO: 

  • La adquisición de vocabulario.
  • El aumento de la intención comunicativa.
  • El acceso a las posteriores funciones de descripción y narración.
  • La integración de significados. 



Espero que os guste y sea útil. ¡Un saludo y hasta dentro de poco!


Seyla


sábado, 14 de septiembre de 2013

Comunicar no es sólo hablar


Esta noche me desperté llorando, quizás tuve una pesadilla, no recuerdo bien pero me sentía sola. No sabía cómo expresarlo así que lloré. Quería que mi marido me hiciese caso así que lloré. Le pedí un abrazo, que me protegiese en sus brazos, que me acurrucase…pero como estaba malhumorado por el despertar no me hizo caso, me llamó caprichosa y me dejó durmiendo sola porque dice que si no me acostumbro. Tampoco me abrazó por si me acostumbro a sus brazos pero yo solo quería su consuelo y se lo pedía a través de mi llanto. Me sentí abandonada y sola. Cuando nos despertamos mi marido seguía de mal humor, supongo que por el despertar nocturno. Yo no lo hice apropósito.  A pesar de esto mi marido es lo más importante de mi vida.

La comida no me gustó, por ello  retiré el plato y apreté la boca, no quería comer. Pero mi marido me obligó, incluso se enfadó. ¡Pero es que yo quería macarrones! Así que por más que lo intentaba yo cerraba la boca. Así que mi marido se enfadó, retiró mi plato pero no me dio otra cosa. Me llamó niña caprichosa. Aunque se enfade mi marido es lo más importante de mi vida.

Por la tarde yo solo pensaba en estar con mi marido. Mi marido estaba leyendo el periódico así que de un manotazo, para llamar su atención, se lo quite de delante, era mi manera de decirle que me haga caso. ¡Madre mía como se puso! Me gritó y me dijo que estaba  tenía harto.  Me puse a llorar porque no me gusta que me grite y se enfadó más. Me dijo que siempre estoy llorando, pero tampoco sé que hacer para que me haga caso, tampoco sé que quiere que yo haga…no me lo dice, solo me regaña.

Cuando me quise dar cuenta mi marido se había ido, sin avisarme, sin mediar palabra. Allí me dejó con un familiar. Sin explicarme dónde iba, con quién me quedaba, cuándo volvería…  ¿Creéis que así yo puedo confiar en mi marido? Aún así mi marido es lo más importante de mi vida.

Cuando llegó, mi marido, estaba cansado para hablar, no tenía ganas de abrazarme. Me dio un beso rápido pero yo quería más así que me agarré fuerte a su cuello y mi marido dijo: “me haces daño”. Como me sentía enfadada le di un manotazo, quería expresar mi ira. Y mi marido no lo comprendió, solo me regañó. Pero yo sigo aquí, a su protección, porque mi marido es lo más importante de mi vida.

¿Creéis que en esta relación hay comunicación? ¿Creéis que escucha lo que intento decirle sin palabras? ¿Es que acaso no soy suficientemente clara? ¿Creéis que esto es sano para los dos?...


Ahora hagamos un gran ejercicio y volvamos a leer el texto pero donde pone “mi marido” vamos a leermi mamá.



Comunicar no es solo hablar. Comunicar es dar y recibir, es entender las señales que nuestro hijo emite, es escuchar con atención su cuerpo, interpretar su llanto, darle sentido comunicativo a su jerga. Aún cuando no hay  palabras existe la necesidad de comunicar. Para ello los niños utilizan los recursos que están a su alcance. Seamos receptivos. Los niños no son malos, ni tienen como objetivo fastidiar nuestro sueño o enfadarnos. Solo desean ser entendidos, sentirse protegidos y sobre todo queridos.


Seyla

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Álbum de fotos personal



Desde el nacimiento los niños muestran preferencia por mirar caras humanas. Aproximadamente a los 5 meses ya son capaces de reconocer los rostros de sus papás y familiares más cercanos. Incluso puede llegar a distinguir emociones básicas que expresa una cara.

Desde este momento podemos empezar a mostrarle su álbum de fotos personal. Este álbum de fotos puede evolucionar y acompañarle  en su desarrollo y posibilidades, así en  un primer momento sirve para que el bebé mire las caras, comprenda emociones y comience a reconocer a las personas de su entorno.

En torno a los 12 meses se pueden cambiar las fotos de rostros por fotos algo más generales, con más detalles y ampliar el repertorio. En esta etapa el objetivo es no sólo reconocer a personas del entorno como amigos sino también ir etiquetando a la persona con su correspondiente nombre.




Así que como actividad  podemos ir pasando las fotos y diciendo los nombres a la vez que los señalamos, tipo los cuentos para bebés con imágenes. También podemos preguntar: ¿dónde está…? Y que nuestro pequeño señale.
A partir de los 18 meses el mismo álbum puede servirnos para informar de visitas. Por ejemplo, -“van a venir los amigos que se llaman Noe y Pepe. ¿te acuerdas de ellos?, mira vamos a buscarlos en el álbum”  De esta manera trabajamos el tiempo futuro  con apoyo visual, dando información que después será real. Igual trabajamos el pasado –“¿quién vino ayer? – Y apoyamos con las fotos del álbum.

Este tipo de actividades nos han venido muy bien para que Lluvia cuente, en la medida en que puede, cosas sobre el pasado más cercano. Ahora, por ejemplo, es capaz de contar con quién estuvo por la mañana aún siendo varias personas, sin apoyo de las fotos.

Este mismo sistema lo hemos seguido durante el verano en relación a sus compañeros de la escuela infantil. Su educadora, que es un sol, nos pasó un CD de fotos que durante el verano hemos visto, nombrando a los compañeros y nombrando lo que hacen o lo que va surgiendo cuando lo vemos. De esta manera la vuelta a la escuela no ha sido nada dificultosa, pues realmente siempre tuvimos presente a los amigos.

Y ya para sacarle aún más partido el álbum personal, a partir de los 3 años, que empieza la vida escolar, el interés por las letras se dispara. Que mejor manera de buscar las letras dentro de lo que ya sabemos, que nos hace sentir seguros y nos motiva. Podemos poner debajo de cada foto los nombres escritos de las personas y jugar a la búsqueda de letras.




No me gustaría acabar sin decir que las franjas de edades que nombro son siempre orientativas. Cada niño tiene su propio proceso madurativo. Lo más importante es ajustarnos siempre a ese desarrollo, realizando actividades de su interés y sabiendo finalizarlas cuando se empieza a aburrir. Esto es un juego, no trabajo.


Como siempre, espero ser de ayuda o por lo menos daros ideas fáciles y divertidas.



PLANOS DEL LENGUAJE: Léxico-Semántico. Morfo- sintáctico. Fonético-fonológico.

ESTAMOS POTENCIANDO:

  • El reconocimiento facial de emociones.
  • El reconocimiento de personas del entorno.
  • El aprendizaje de los nombres de las personas cercanas.
  • La comprensión del futuro y el pasado.
  • El reconocimiento de las letras.




Seyla

sábado, 7 de septiembre de 2013

CuidadITO con las ITAS y los ITOS



No sé qué ocurre que cuando hablamos con un niño pequeño todo se hace diminuto y se convierte en…ito y en ita. El perrito, el pajarito, la cunita, el abuelito, un besito…La frase nos queda de un tierno… pero no favorecemos en absoluto la discriminación auditiva de nuestro pequeño.

La entrada del sonido (imput auditivo) que está recibiendo es muy parecida en muchas palabras. Está almacenando y etiquetando imágenes con palabras, que no son realmente las adecuadas, pues no todas las cosas acaban en ito-ita. Palabras que posteriormente usará.

Hay estudios que demuestran que ya desde el balbuceo los bebés comienzan a imitar la sonoridad del la lengua materna. No balbucea igual un bebé español que uno inglés, por ejemplo.

Cuando un niño o niña comienza a imitar el lenguaje adulto lo que imita es su sonoridad siendo el final de la palabra que lo que recuerda y más imita. Así que si todo lo que oye acaba igual, todo lo que intente decir sonara igual. 

Seguramente utilice la misma sonorización para muchas cosas, porque es así como lo ha etiquetado en su cabeza, y usará un “blabla-ito” o “blabla-ita” para muchas cosas que los adultos difícilmente podremos descifrar de no ser que sea muy evidente. Ni que decir tiene que le entienda alguien que no sea del entorno.



Así que mi pequeña recomendación es ser práctico, útil y funcional. No hagamos trabajar a esas cabecitas en vano y demos modelos adecuados. Es muy tierno ver en el parque pajaritos y perritos pero es mucho más útil ver pájaros y perros.


Hasta dentro de unos día y cuidadITO... 


Seyla

jueves, 5 de septiembre de 2013

Motivar la comunicación 0-12 meses



Podemos caer en el error de pensar que porque aún son muy bebés poco podemos hacer por motivar la comunicación. Cierto es que la mayor parte del tiempo nuestros bebés más pequeños duermen (o no, en mi caso) y el tiempo que pasan despiertos comen y quieren mimos. ¡Hay tiempo para todo! ¿Qué podemos hacer nosotros para favorecer el desarrollo comunicativo de nuestros bebés? ¡Pues jugar! Mimar, acariciar, reír y sobre todo jugar. Os dejo algunos de los juegos que favorecen la aparición de conductas comunicativas y ayudan en el desarrollo comunicativo lingüístico de nuestros peques.


Turnos conversacionales:

En torno a los tres meses nuestros bebés ya vocalizan unos cinco o más sonidos pero desde la misma aparición del primero podemos jugar con nuestro peque a imitar ese sonido. De manera que nos turnemos en la emisión vocálica, primero él, luego tu. Verás como le gusta y como disfruta. Está aprendiendo a captar tu atención a través de su voz, además empieza a usar la toma de turnos lo cual le parece divertido.


Juegos circulares de interacción:

Son todos esos que se repiten y se repiten y cuanto más los hacemos más parece que les gusta. Los hay táctiles como el “cuando vayas a por carne…”. Los hay visuales como el “cucú-tras” .Auditivos, como las canciones que se acompañan de gestos o rimas “mimitos, caricias, sopitas en la olla…” Son juegos que nos dan la posibilidad de interactuar. Incluso cuando van siendo más mayores podemos parar el juego y esperar para que ellos, a su manera, ya sea con el movimiento, agarrando nuestra mano, con algún sonido… pidan continuar el juego.



Juegos de motor social:

Son todos los juegos del tipo “al paso, al trote, al galope”, “aserrín-aserrán”… que de la misma manera que los anteriores son repetitivos, sencillos y dan seguridad a los niños. Estos se caracterizan por incluir un movimiento más global, por eso son para más mayores. Seguramente si paramos la acción la petición de continuidad se haga con el propio movimiento corporal! Eso también es comunicación! No toda la comunicación es oral.


Imitación-contraimitación:

Entre los seis  y los diez meses aparece el balbuceo que es un entrenamiento para su posterior desarrollo del lenguaje oral. Siguiendo la línea de la toma de turnos podemos imitar su balbuceo, cuando el bebé esté integrado en la dinámica podemos introducir una pequeña variación para ver si es él quien nos imita. Así si él dice: “papapapapa”. Podemos cambiar a: “mamamama”


Por último mencionar la importancia que tiene para el desarrollo comunicativo dotar de intencionalidad las comunicaciones preverbales de nuestros niños. Que vamos paseando y pasa un perro y nuestro peque emite cualquier vocalización o gesto, lo dotamos de significado y reforzamos con nuestra atención: “un perro, si, qué bonito el perro”. Lo más importante es que aprendan que la comunicación sirve para cambiar el entorno, es un instrumento para alcanzar el objeto deseado, ya sea el agua, que le cojan o el simple hecho de tener nuestra atención.


Espero os sea de ayuda.


¡Hasta dentro de unos días!

Seyla
 

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